En septiembre de 2024, las investigadoras Mónica Salcedo Díez, Yasna Pradena, Eduardo Fernández y Ada Freitas participaron en el 3er Congreso Internacional de Educación Crítica e Inclusiva, celebrado en la Universidad Complutense de Madrid. Este congreso, que busca fomentar la construcción colaborativa de un espacio que impulse la educación crítica e inclusiva, reunió a profesorado, estudiantes, familias y agentes sociales con el objetivo de repensar la educación hacia un modelo emancipador y orientado al bien común. A través del análisis de políticas, culturas y prácticas educativas hegemónicas, este encuentro se constituye como un lugar de reflexión y diálogo sobre cómo transformar la educación para hacerla más justa y equitativa.
En el marco de este congreso, las investigadoras presentaron una contribución titulada «Gobernanza digital e imaginarios sociotécnicos en educación: un estudio de caso en los centros escolares de secundaria de Castilla y León desde el tecnofeminismo», en la línea de Educomunicación crítica. Esta investigación aborda cómo las dinámicas de género influyen en la integración de la tecnología en la educación y plantea la necesidad de analizar críticamente la gobernanza digital desde una perspectiva feminista.
El estudio se enfoca en cómo la tecnología no es neutra, sino que está profundamente marcada por desigualdades de género y otros factores de exclusión como el origen étnico y el nivel socioeconómico. Partiendo de ideas como que «las mujeres no somos hombres pequeños» y que «los hombres se prefiguran como la norma» (Wajcman, 2006), la investigación destaca la ausencia de mujeres en los procesos de diseño y producción tecnológica, lo que refuerza estereotipos y contribuye a relaciones de poder desiguales en el ámbito educativo y tecnológico (Sainz, Arroyo y Castaño, 2020). Además, se subraya cómo el simbolismo de la tecnología, dominado por voces masculinas y occidentales, consolida la percepción de competencia tecnológica masculina y de incompetencia femenina (González, 2005; Wajcman, 2006). Además, la plataformización y desarrollo tecnológico tiene un impacto en dos niveles: en el nivel pedagógico/educacional y en el nivel gerencial/organizacional de los propios centros.
Aporta una reflexión crítica sobre el uso de la tecnología digital en las escuelas y el papel que juegan las plataformas y los datos en este proceso. Se propone la creación de un marco de soberanía digital educativa en el contexto de los centros escolares españoles, basado en una ética feminista, redistributiva e inclusiva que busque reducir las desigualdades de género, fomentar una mayor integración social y promover la autonomía profesional del personal educativo. Evidencia la necesidad de repensar en asuntos como el del uso de la tecnología digital en la escuela, el papel que juegan las plataformas, así como los datos de los que se nutren.
En resumen, este trabajo pone de relieve la importancia de repensar las prácticas tecnológicas en la educación, incorporando la perspectiva de género y otros factores de desigualdad, para avanzar hacia una educación más equitativa y justa, obligándonos a incorporar la perspectiva de género desde el tecnofeminismo y feminismo de datos.